13 June 2009

Cambio climático

Esta semana en Madrid hemos pasado de un frío increíble a un calor sofocante en apenas 3 días. Esto, que es algo que estadísticamente pasa desde hace probablemente 2.000 años, pone a la gente histérica y todo el mundo habla del cambio climático; y de cómo nos estamos cargando el planeta; y de que ya no quedan árboles; y de que la capa de ozono tiene un agujero que va desde la Antártida hasta Logroño; y que por eso el vino de Rioja sabe diferente de un tiempo a esta parte.

Si a esto le sumamos que el Gobierno, passing by the Arc of the Triumph el informe del Consejo de Seguridad Nuclear de que la central de Garoña podría seguir funcionando amparándose en el aplastante argumento de que hay que cerrarla porque era una promesa electoral (todos sabemos que jamás se incumplen y no podría ser esta la primera vez) me ha hecho reflexionar sobre el ecologismo.

El calentamiento global es un tema que me interesa aunque es un término que sólo empleo para referirme a la sensación conjunta que provoca en un grupo de adolescentes Elsa Pataky (y no tan adolescente para que engañarnos). Sin embargo, cada vez más modifica hábitos de comportamiento en la población. Y esto ha dado lugar a una serie de hechos dignos de analizar:

1. La doble o triple bolsa de basura
El reciclator medio español, tiene un cubo de basura que por fuera parece el halcón Milenario de la Guerra de las Galaxias y por dentro tiene más estancias que el Palacio de Buckingham. Cuando van al supermercado hacen dos viajes: uno para llevar la comida y otro para llevar las 45 tipos de bolsas de basura. Y es que ser ecologista es duro porque está científicamente demostrado que genera problemas familiares de trágicas dimensiones. En una casa NO ECOLOGISTA si le dices a tu hijo: Pablito, hoy recoges tú la mesa y la cocina, el chaval sabe que en 10 minutos deja todo listo y en 15 estará ya chateando en Tuenti con sus churris. En casa de ecologistas es totalmente diferente. Si a Juanito le toca recoger, sabe a ciencia cierta que para cuando haya acabado, sus amiguitos de Tuenti hace años que estarán ya en Facebook, casados y con hijos probablemente. Sabe que es a noche no dormirá y llegará cansado al colegio con lo cual no podrá atender en clase y probablemente esté predestinado al fracaso escolar, a un empleo de mierda y a una vida desgraciada aunque, eso sí, respetuosa con el medio ambiente. Pero lo más grave de todo es que a las 2 de la mañana, cuando la ciudad duerme y Juanito sigue separando los brotes de soja de los restos de tomate ecológico, (porque esa es otra que en casa de los ecologistas se come de putísima pena) ve acercarse al camión de la basura. Y, como todas las noches, observa absolutamente frustrado como Manolo el basurero -que tiene unas ganas enormes de irse a su casa a dormir- mezcla los contenedores amarillos con los naranjas y con los azules de cartón y los verdes de vidrio. Y aunque Juanito le dirá a su madre Luna (la madre se llama Mari Pili pero desde que se hizo vegetariana le gusta que le llamen Luna) que el cabronazo del basurero le da igual y al final mezcla todo, sabe la respuesta que encontrará.
-Zeus (que es como llama a Juanito su madre desde que se hizo vegetariana), el que otros no se comprometan con el medioambiente no queire decir que nostros no debamos acatar nuestra parte de responsabilidad. Y Mari Pili, perdón Luna, sale por la puerta mientras muerde una raíz de rabanito ecológico.

2. El desodorante de roll-on
Entre los inventos más maléficos del hombre, junto a las bombas de racimo, el programa REDES de Punset y las minas antipersona, el desodorante roll-on ocupará un lugar destacado en la historia. No niego que proteja la capa de ozono pero a cambio produce efectos secundarios. Vale que se trata de un desodorante para no compartir con nadie pero coño, es que da asco hasta compartirlo contigo mismo. O tienes el sobaco más suave que Giselle Bundchen o si no es inevitable que algún pelo aterrice en la bola perfumada pegajosilla. Y es que es terminar de aplicarse un desodorante de roll on y empieza la ceremonia: vas, como un cirujano cardiovascular aplicado, quitando pelos uno a uno con cara de asco, que salen con trocillos de bola perfumada. No sé muy bien por qué pero vas despacito, como si fueras del TEDAX. Y al final te das cuenta de que lo has pasado tan mal en la operación quitapelos del roll on, que te has puesto a sudar de nuevo y el proceso vuelve a empezar.


3. "No imprimas este correo electrónico si no es necesario. El medioambiente te lo agradecerá"
Quien más y quien menos recibe al día varios e-mails acompañados de esa leyenda en forma de Pepito Grillo con camiseta de Green Peace. Yo he de reconocer que imprimo muy pocos documentos aunque no tanto porque Leire Pajín me dé las gracias un día de éstos como porque no tengo configurada la impresora y además está lejos. Eso sí, dile tú a uno de estos apóstoles del ahorro que por favor no impriman papel para ahorrar costes ya que estamos en crisis y la empresa necesita ahorrar dinero. Los mentideros arderían: que parece increíble lo tacaños que son en la empresa, que van listos si se creen que me voy a dejar los ojos y además a a partir de ahora voy a imprimir 6 copias de todo, que aquí a la mínima aproovechan para hacer la pascua, etc. Probablemente imprimir papel contamina muy poco, considerando que la mayorías es reciclado. Por eso estoy convencido que el truco del medioambiente se le ocurrió a un director de compras liberal y neoconservador que sabía que pidiendo ahorro de costes no iba a conseguir nada pero apelando al borreguismo ecologista tenía la guerra ganada...

Yo creo que como norma hay que ser respetuoso con el medioambiente. Pero mi aversión viene porque creo que hay que ser respetuoso y preocuparse por cosas mucho más importantes (el hambre en el mundo, la educación universal, el acceso a la sanidad para todos, etc.). Pero estas causas no mueven ni un pequeño porcentaje de todo el negocio, presión y gilipolleces que hay alrededor de un fenómeno no comprobado científicamente como el del cambio climático.

PD: Son las 5 de la tarde y escribo esto con el aire acondicionado mientras pienso en el pobre Juanito recogiendo los brotes de rabanito de la comida a 42º porque a Luna, su madre, le parece que el aire acondicionado gasta energía y daña el planeta...