03 September 2009

El esmoquin

Estaba ilusionado. No lo niego. Me jactaba de que iba a ser una horterada pero algo dentro de mí me decía que iba a acabar molándome más que José Tomás por chicuelinas el día de San Isidro. Y llega el día de alquilar el esmoquin. Y te lo pruebas. Y te miras al espejo. Y te entran ganas de empezar a aparcar coches. O de pedir a gritos una bandeja de plata para tomar nota de las bebidas. De James Bond a gorrilla sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar las 10.000 pesetas en dos segundos. Puto James Bond. A él le queda que te cagas.

01 July 2009

Twitiriteros

Se nos va de las manos que diría aquel. Lo que empezó como una gracieta absurda propia de egobloggers y digital flippers (flipaos digitales), se está extendiendo más rápido que la gripe A. Me refiero a ese invento absurdo y sinsentido llamado Twitter. Y tú que eres analógico te preguntas ¿qué coño es Twitter? ¿Cómo se contagia? ¿Se cura con el tamiflú?

Twitter es, después de los conjuntos disjuntos, la gilipollez más grande que ha inventado la humanidad. Es una herramienta mediante la cual le puedes contar a todo el mundo qué estás haciendo en ese momento y la gente puede a través de Internet saber si ha bajado a por el pan, si estás con la tripilla suelta, si tu jefe te ha regañado o, generalmente, si estás terminando tu discurso de Premio Nobel. Y tú te preguntarás, ¿y qué necesidad tengo yo de dar tres cuartos al pregonero de lo que hago o dejo de hacer? Pues oyes, que hay un huevo de usuarios. Y a continuación te volverás a preguntar ¿y a quién coño le interesa lo que estoy haciendo en cada momento? Pues joder, no me preguntes cómo, pero el caso es que a la gente le interesa. Y como estamos en un mundo de digital flippers, a los tíos que -insisto no sé muy bien por qué- les interesa qué estás haciendo no se les llama ni "interested", ni curiosos de los cojones, ni cotillas de mierda que es lo que tendría lógica. Se les llama "followers". 

Pero si pensabas que ahí acababa todo, te equivocas. Si eres follower de alguien y en su twitter dice algo que a su vez tú quieres poner en tu twitter, se le llama retwitear... Por ejemplo. retwitting @fincho 4 my followers http://bit.ly/xxxx
¿La leche eh?. Pues esto que si se lo llegan a encontrar en las pirámides se les ponen los pelos como escarpias a pesar de tener la piedra roseta, en realidad lo que quiere decir es "Creo interesante que los que me leéis veais este enlace que ha puesto Fincho  (que se llama en realidad Pancracio pero que mola menos y por eso se hace llamar fincho).

Y a mí me han preguntado: ¿Y tú por qué no twiteas? Por que si no hay confianza, empiezo siempre llamando de usted.

13 June 2009

Cambio climático

Esta semana en Madrid hemos pasado de un frío increíble a un calor sofocante en apenas 3 días. Esto, que es algo que estadísticamente pasa desde hace probablemente 2.000 años, pone a la gente histérica y todo el mundo habla del cambio climático; y de cómo nos estamos cargando el planeta; y de que ya no quedan árboles; y de que la capa de ozono tiene un agujero que va desde la Antártida hasta Logroño; y que por eso el vino de Rioja sabe diferente de un tiempo a esta parte.

Si a esto le sumamos que el Gobierno, passing by the Arc of the Triumph el informe del Consejo de Seguridad Nuclear de que la central de Garoña podría seguir funcionando amparándose en el aplastante argumento de que hay que cerrarla porque era una promesa electoral (todos sabemos que jamás se incumplen y no podría ser esta la primera vez) me ha hecho reflexionar sobre el ecologismo.

El calentamiento global es un tema que me interesa aunque es un término que sólo empleo para referirme a la sensación conjunta que provoca en un grupo de adolescentes Elsa Pataky (y no tan adolescente para que engañarnos). Sin embargo, cada vez más modifica hábitos de comportamiento en la población. Y esto ha dado lugar a una serie de hechos dignos de analizar:

1. La doble o triple bolsa de basura
El reciclator medio español, tiene un cubo de basura que por fuera parece el halcón Milenario de la Guerra de las Galaxias y por dentro tiene más estancias que el Palacio de Buckingham. Cuando van al supermercado hacen dos viajes: uno para llevar la comida y otro para llevar las 45 tipos de bolsas de basura. Y es que ser ecologista es duro porque está científicamente demostrado que genera problemas familiares de trágicas dimensiones. En una casa NO ECOLOGISTA si le dices a tu hijo: Pablito, hoy recoges tú la mesa y la cocina, el chaval sabe que en 10 minutos deja todo listo y en 15 estará ya chateando en Tuenti con sus churris. En casa de ecologistas es totalmente diferente. Si a Juanito le toca recoger, sabe a ciencia cierta que para cuando haya acabado, sus amiguitos de Tuenti hace años que estarán ya en Facebook, casados y con hijos probablemente. Sabe que es a noche no dormirá y llegará cansado al colegio con lo cual no podrá atender en clase y probablemente esté predestinado al fracaso escolar, a un empleo de mierda y a una vida desgraciada aunque, eso sí, respetuosa con el medio ambiente. Pero lo más grave de todo es que a las 2 de la mañana, cuando la ciudad duerme y Juanito sigue separando los brotes de soja de los restos de tomate ecológico, (porque esa es otra que en casa de los ecologistas se come de putísima pena) ve acercarse al camión de la basura. Y, como todas las noches, observa absolutamente frustrado como Manolo el basurero -que tiene unas ganas enormes de irse a su casa a dormir- mezcla los contenedores amarillos con los naranjas y con los azules de cartón y los verdes de vidrio. Y aunque Juanito le dirá a su madre Luna (la madre se llama Mari Pili pero desde que se hizo vegetariana le gusta que le llamen Luna) que el cabronazo del basurero le da igual y al final mezcla todo, sabe la respuesta que encontrará.
-Zeus (que es como llama a Juanito su madre desde que se hizo vegetariana), el que otros no se comprometan con el medioambiente no queire decir que nostros no debamos acatar nuestra parte de responsabilidad. Y Mari Pili, perdón Luna, sale por la puerta mientras muerde una raíz de rabanito ecológico.

2. El desodorante de roll-on
Entre los inventos más maléficos del hombre, junto a las bombas de racimo, el programa REDES de Punset y las minas antipersona, el desodorante roll-on ocupará un lugar destacado en la historia. No niego que proteja la capa de ozono pero a cambio produce efectos secundarios. Vale que se trata de un desodorante para no compartir con nadie pero coño, es que da asco hasta compartirlo contigo mismo. O tienes el sobaco más suave que Giselle Bundchen o si no es inevitable que algún pelo aterrice en la bola perfumada pegajosilla. Y es que es terminar de aplicarse un desodorante de roll on y empieza la ceremonia: vas, como un cirujano cardiovascular aplicado, quitando pelos uno a uno con cara de asco, que salen con trocillos de bola perfumada. No sé muy bien por qué pero vas despacito, como si fueras del TEDAX. Y al final te das cuenta de que lo has pasado tan mal en la operación quitapelos del roll on, que te has puesto a sudar de nuevo y el proceso vuelve a empezar.


3. "No imprimas este correo electrónico si no es necesario. El medioambiente te lo agradecerá"
Quien más y quien menos recibe al día varios e-mails acompañados de esa leyenda en forma de Pepito Grillo con camiseta de Green Peace. Yo he de reconocer que imprimo muy pocos documentos aunque no tanto porque Leire Pajín me dé las gracias un día de éstos como porque no tengo configurada la impresora y además está lejos. Eso sí, dile tú a uno de estos apóstoles del ahorro que por favor no impriman papel para ahorrar costes ya que estamos en crisis y la empresa necesita ahorrar dinero. Los mentideros arderían: que parece increíble lo tacaños que son en la empresa, que van listos si se creen que me voy a dejar los ojos y además a a partir de ahora voy a imprimir 6 copias de todo, que aquí a la mínima aproovechan para hacer la pascua, etc. Probablemente imprimir papel contamina muy poco, considerando que la mayorías es reciclado. Por eso estoy convencido que el truco del medioambiente se le ocurrió a un director de compras liberal y neoconservador que sabía que pidiendo ahorro de costes no iba a conseguir nada pero apelando al borreguismo ecologista tenía la guerra ganada...

Yo creo que como norma hay que ser respetuoso con el medioambiente. Pero mi aversión viene porque creo que hay que ser respetuoso y preocuparse por cosas mucho más importantes (el hambre en el mundo, la educación universal, el acceso a la sanidad para todos, etc.). Pero estas causas no mueven ni un pequeño porcentaje de todo el negocio, presión y gilipolleces que hay alrededor de un fenómeno no comprobado científicamente como el del cambio climático.

PD: Son las 5 de la tarde y escribo esto con el aire acondicionado mientras pienso en el pobre Juanito recogiendo los brotes de rabanito de la comida a 42º porque a Luna, su madre, le parece que el aire acondicionado gasta energía y daña el planeta...

13 April 2009

Shabu-Shabu

Tenía el blog abandonado desde hacía varios meses... Podría excusarme diciendo que trabajo mucho pero la verdad es que la apatía literaria se debe más que nada a la pereza. No obstante, hace poco me ha ocurrido un acontecimiento digno de reltar a mis decenas de miles de seguidores...

En Semana Santa me fui con mi santa (valga la redundancia) a Japón que es un sitio que está muy lejos y donde la gente no deja de hacerse reverencias unos a otros.  Es un país  que recomiendo vivamente visitar y, si como yo, un día decides darte el capricho y comer carne de Kobe, este post te servirá para saber LO QUE NUNCA tienes que hacer. 

Para los que no lo sepan, el buey de Kobe está criado a base de sake y cerveza y además se le aplican masajes para conseguir un tono muscular óptimo. Vamos, que en lugar de salir un bicho borracho y vago el caso es que sale una carne de agárrate y no te menees. Y aquí empieza mi historia...

Restaurante recomendado en el hotel. Veo la lista de precios de la carne de Kobe. Koño kon el Kobe. Bueno, un día es un día. Veo el Kobe en dos variantes. "Kobe Steak" y "Kobe Shabu Shabu". Kobe Steak parece evidente pero ¿y Kobe Shabu-Shabu? Llamo al camarero. Le pregunto. Dado que en Japón no hablá inglés ni el embajador de Estados Unidos, el cocinero me hace una señal con la mano de fileteado y señala un fuego que tenemos en el centro de la mesa. Deducción evidente: me lo traen en filetitos y me lo hacen a la plancha. Mola más que el steak. Una de Shabu-Shabu cuando puedas. 

A los pocos minutos traen una perola con agua y la ponen al fuego encima de la mesa. Coño a ver si me he equivocao. Mi mujer entre risas dice: ¿te imaginas que te ponen y te hierven la carne? Suelto carcajada. ¿Te imaginas? respondo sarcástico pero nervioso en mi interior.  Llega el maitre con la carne que tiene una pinta impresionante. Son como lonchas de jamón de york de finas pero con textura de buey. Le miro. Me mira. Pilla dos palillos, una loncha de Kobe y la mete en agua hirviendo. En dos segundos la carne se pone blanquecina y se arruga. La saca chorreando de agua caliente y me señala cualquiera de las tres salsas. Me pongo a llorar. Pero hay que comérsela. La pruebo. No sabe a nada. Bueno sí, a carne hervida y mojada. No me he recuperado del berrinche cuando viene con una fuente de ¿verduras? y me las pone. Me voy a llevar una a la boca y llega corriendo desde la otra punta diciéndome que no, que al perolo también. Venga, pues carne hervida con caldito de verduras. Cenar mal y caro seguro pero, de colesterol te digo ya que salgo mejor que he entrado. 

Poco a poco voy haciéndome a la idea mientras empapo la carne y alterno con los brotes de soja hervidos y sólo Dios sabe qué otras hortalizas que sólo crecen en el lejano oriente. Cuando pienso que falta poco, me viene con unos fideos transparentes y al perolo también. Cuando intento coger los fideos con el palillo es imposible. Parezco en niño de Karate Kid intentando cazar moscas. Llega de nuevo. Cada vez que se acerca me entra más miedo. Trae un bol, coge el agua hirviendo del perolo donde se ha cocido todo y llena el bol. Y mete una especie de espinacas. Méate en el bol si quieres que ya me da todo igual me dan ganas de decirle. Me abstengo. Mi mujer se rie de mí. Pedimos la nota. Pues ya he probado el Kobe. Recuerda, si vas a Japón y te gusta la carne, Kobe Steak.



29 December 2008

Nochevieja

(Me acaban de mandar esto por mail y no puedo por menos que reproducirlo)
+
¡Dentro de nada... Nochevieja, ¿eh? ¡Qué estrés! Yo en nochevieja me siento... me siento... 
no sé, me siento como un toro, ¿no? Cuando llega la fiesta miro alrededor y me da la  sensación de que todo el mundo se lo está pasando bien, menos yo. 
 
El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix: 
Tienes que llevar calzoncillos rojos, tener algo de oro para meterlo en la copa,preparar las doce uvas...   
Y contarlas varias veces, porque, como son todas iguales, te equivocas: 
 
- Una, dos, tres, cuatro... una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... 
Esta pocha ya la he  contado... Una, dos... siete, ocho... ¡Joder, las doce menos veinte! 
¡Chavalín, trae el  Rotring, que las voy a numerar, como en el Bingo! 
 
Y tu madre: 
 
- ¿Queréis venir, que se enfrían las gambas? 
 
Que esa es otra: te tienes que comer todo lo que está en la mesa... 
 Y antes de las doce!; 
que, con las prisas, más que pelar gambas, parece que estás 
desactivando una bomba. 
 
- ¡Coño, las doce menos diez! ¡Mamá, no me da tiempo: hazme un sándwich con el cochinillo, que ya está terminando Cruz y Raya! 
 
Y no eres el único que está agobiado, ¿eh? No hay más que ver la tele.

Allí están Ana  Obregón y Ramón García, explicando a toda España como funciona un  reloj. 
Acojonados por si  se equivocan: 
 
- Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también.. serán las doce. 
 
¡Coño, como todas las noches! 
 
- Y entonces bajará la bola y... luego vienen los cuartos, ¡no vayan a empezar a comerse  las uvas, ¿eh? 
 
Vamos a ver: ¿por qué nos explican mil veces que nos comamos las uvas  en los cuartos y  nadie nos explica por qué coño tiene que bajar una bola? ¿Qué clase de reloj es ése? 
 
Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, 
cla, 
cla, cla... <> > es la bola>>: cla, cla, cla... Din-don... 
 
- ¡Ah no, que son los cuartos! 
 
Din-don... 
 
- ¡Escupid que son los cuartos! 
 
Din-don... 
 
- Pfbbbbbbbb... ¿qué son qué? 
 
Din-don... 
 
- Los cuartos... 
 
Ton... 
 
- ¡Ahora, ahora! 
 
Ton.. 
 
- ¡Una! 
 
- ¡Que no, que vamos por la segunda! 
 
Ton... 
 
- Pues me meto dos... 
 
Ton... 
 
- Seis... 
 
- ¿Cómo que seis? 
 
Ton... 
 
- A mí ya no me caben más, ¿eh? 
 
Ton..
  -¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón! 
 
Ton... 
 
- ¡Es que se me ha caído una al suelo! 
 
Ton... 
 
- Bgrfds... 
 
Ton... 
 
- Bggggdffffff... 
 
Ton... 
 
- A mí ya no me quedan... 
 
Ton... 
 
- Bgggggdffffff.... 
 
- ¡Pues a mí me sobran cuatro! 
 
Ton... 
 
- Bfgggggggg, grounfffffff... 
 
Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena de babas, a darse besos: 
 
- Feliz año, eeeeeeeeeh, felicidades, grfdddfd... 
 
Y suena el teléfono: ¡riiiiiiiiiing! 
 
- ¡Pero coño! ¿Ya están llamando? ¿No se pueden esperar? 
 
- Pues a mí todavía me sobran dos... 
 
- ¡Champán, que alguien abra el Champán! 
 
Pero, bueno, ¿a vosotros os parece lógico empezar el año así? 
 
¡Qué estrés, de verdad! 
 
Pero como es Nochevieja... tienes la obligación de divertirte. Así que después te vas a un fiestorro a un sitio en el que, si caben mil personas, el dueño ha decidido meter a cinco 
mil doscientas. ¡Muy bien! ¡Cuatro mil doscientas más de las que caben! 
¡Quédate en la calle si te apetece, con la pelona que está cayendo! 
 
Así que entras. Lo bueno que tiene ir a un sitio así es que te puede pasar cualquier cosa. 
A mí el año pasado me ocurrió de todo. Yo estaba tan tranquilo,tomándome mi cubatita de garrafón, cuando de repente un tío me cogió por detrás y me dijo: 
 
- ¡¡¡¡COOOOOOOOONGAAAAA!!!!! 
 
Y, claro, que vas a hacer, pues te pones a bailar... ¡Eso te lo hace un tío en el autobús y le partes la cara! ¡Pero como es Nochevieja... ! ¡Pues hala! Y de repente te das la vuelta 
y llevas cien personas enganchadas a tu culo. ¡A ver como escapas de ésta! 
Porque una conga es como una secta: entrar es muy fácil pero salir es muy jodido. 
Porque en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla... 
 
Bueno, pues iba yo conduciendo mi conga... por mi derecha, cuando, de pronto, me veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante conducida por un gordo 
con casco de vikingo. Yo le iba a hacer ráfagas, pero como las congas no llevan ni luces ni nada... pues, para evitar la colisión, di un giro brusco a la derecha... ¡Y me
tragué entera una columna de espejitos! ¡Siniestro total! 
 
Doce heridos leves y una columna de espejitos destrozada. Y yo, con una ceja abierta tirado en el suelo pensaba: cagao! 
 
Y en ésas, me desmayé. 
 
Al despertar estaba en la sala de urgencias, rodeado por todos los de mi conga. Algunos todavía no se habían esenganchado; habían venido corriendo detrás de la ambulancia. 

Bueno, las urgencias en Nochevieja, hay que vivirlas. Si en la sala caben cincuenta personas, el dueño ha metido a ciento cincuenta... Como el de la discoteca. Y como allí también es Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la 
enfermera un collar de hawaiana y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡que te da una confianza... ! El tío te dice: 
 
- ¿Qué ha sido? ¿Con una moto? 
 
- No, con una conga. 
 
- ¡Ay!, si es que van como locos con las congas... 
 
Cuando salí de allí me quería ir a mi casa, pero como era Nochevieja, acabé a las ocho de la mañana con la ceja grapada en un bareto... 
 
- Oiga, póngame un chocolate con churros. 
 
- Pues sólo nos queda Nesquick y algunos dónuses... Es que los últimos churros se los han tomado los de una conga, ¡traían un cachondeo...! Había un gordo que llevaba un casco de 
vikingo... ¡No le digo más! Y es lo que yo le digo a los clientes: si no disfrutas en Nochevieja, ¿Cuándo vas a disfrutar? 


Feliz 2009 a todos los lectores...

02 December 2008

Episodio Final: un día en la ópera y la faja de Sarah Palin.

Tade de principios de octubre. Un taxi nos lleva a toda la familia al Metropolitan Opera, una joya arquitectónica de más de 100 años que ha visto desfilar a los mejores artistas del canto: Maria Callas, Plácido Domingo, Josep Carreras, Pavarotti, Carusso, David Bustamante, etc.  

Mi madre se había empeñado en que fuésemos a la ópera y yo, que nuca había ido y además no pagaba, dije ¿por qué no? Y allí fui, como Julia Roberts en Pretty Woman dispuesto a romper a llorar fruto de la emoción al finalizar el espectáculo. Y lo de la emoción no pero lo del llanto me faltó el canto de un duro. ¿La razón? Sencilla de explicar en tres palabras: cuatro putas horas. Y lo de putas es un adjetivo calificativo porque las pase putas de verdad.  Sí, sí, habeís leído bien: 4 (cuatro) horitas de bel canto separadas únicamente por un intermedio de 20 minutos. 

Representaban Don Giovanni (aunque yo hubiera preferido Don Pim Pom porque no me diréis que no molaría ver aparecer en el Metropolitan a Espinete, Chema el panadero y compañía). Pero a lo que vamos. Don Giovanni es la adaptación cantada pa joder (adaptazione catata per puteare) del mito de Don Juan el conquistador. Menos al portero del edificio, le dio tiempo a conquistar a todos los que estábamos allí. Para el que no haya estado nunca en la ópera la explicación es fácil: cuando llevas 10 minutos piensas "pues ya he estado yo en la ópera". Cuando llevas 3 horas y cuarto, piensas en la madre que parió a Puccini, a Tortellini y a Planeta Agostini (en éste último caso te preguntas sobre todo: coño, ¿que coño hago yo a las doce y media de la noche con lo cansado que estoy pensando en la madre de José Manuel Lara?). 

Siendo cierto que la sensibilidad artística no es precisamente una de mis mejores virtudes, toda la familia al unísono (a excepción de mi madre que a punto estuvo de ser ajusticiada a la salida) reconoció que quizá era excesivo cuatro horas de amore, traittore, vendettas y fetuccini alla putanesca (aunque la putanesca que nos había hecho mi madre era fina). 

Consejo lúdico: si quieres ir a la ópera estudia solfeo, ten sensibilidad artística y, sobre todo, asegúrate de que en la sala de al lado ponen la de James Bond por si te torras.

Pero lo más sorprendente de mi viaje a NY es que tuve la oportunidad de ver el debate entre Sarah Palin y Biden en directo (por TV, no en directo en plan segunda fila). Al igual que Pepiño hizo en su día, hasta hoy no había querido escribir sobre las elecciones para no influir en el resultado. No soy un experto en elecciones americanas aunque sí un aficionado (al título de este blog me remito). La diferencia básica entre los políticos americanos y los españoles es que los nuestros son malos y los suyos al menos son reguleros que diría Joaquín Reyes.

Aunque lo cool en estas elecciones es decir Yes we can y black is black, a mí, como seguro que a Javier Bardem, desde siempre me gustó Sarah Palin. La virtud que más valoro es la honestidad y que un político diga lo que piensa, a sabiendas que le va a quitar más votos que le va a dar,  me parece algo loable y que por desgracia no he visto en mi país. Hay mil cosas que no comparto con Sarah Palin pero nadie le podrá echar nunca en cara que fue leal a su verdad. Y al margen de que debía tener una faja de 150.000$ que estilizaba su figura y cuando guiñaba el ojo molaba todo, la paleta de Wasilia le dio un repaso a Biden en el debate de agárrate  y no te menees (hold on and don't shake yourself que dicen allí).

La conclusión que saco cada vez que voy a Estados Unidos es que nunca he entendido la tirria y el odio que le tenemos en Europa. Cuanto más voy, más me gusta. Cada vez que le oigo a alguien decir que es un país de paletos, siempre pregunto ¿Y tú cuántas veces has ido a Estados Unidos? La respuesta suele ser la misma: ninguna. Ah, ya decía yo. No te preocupes: Yes you can.

11 November 2008

Frenadol: cómo debería ser el anuncio

Imagen 1ª
Interior de la casa. Hombre de mediana edad con la nariz muy congestionada, ojos llorosos y voz de pena mientras mira a un labrador (a un perro labrador me refiero, no a un señor que ara el huerto)
-¡Maldita sea!... Llueve fuera y hay que sacar Toby. ¡Con la que está cayendo!

Voz en OFF mientras se ve un vaso con la medicina y una cucharilla que lo mueve
¿Resfriado? ¿Gripe? ¿Congestión Nasal? Ahora con frenado Hot Lemon, no te preocupes. ¡Tómate uno cuando sientas los primeros síntomas y verás!

Imagen 2ª
Interior de la casa. El perro se ha meado en la alfombra. El dueño lo mira con desgana mientras se suena la nariz -mucho más congestionada- y apenas puede abrir los ojos fruto de las legañas producidas por el lacrimeo constante del resfriado. Su voz gangosa no deja lugar a dudas:
-¡Baldita sea! Toby, la prosiba vez que be veas comprar Fredadol Hot Lebon, be buerdes el culo con todas tus fuerzas...

Nota del autor: hace una semana cuando sentí los primeros síntomas del resfriado me tomé un Frenadol Hot Lemon. Voy por el decimo cuarto síntoma y la segunda caja de Frenadol.